Buscando
información en internet he encontrado este artículo “La importancia de una
buena alimentación infantil” del Diario de Sevilla que destaca en su inicio la
importancia vital de una correcta nutrición para combatir las enfermedades que
puedan dejar huella a los niños de por vida. Os dejo el link por si queréis
echarle un vistazo:
Fuente: Rafael Castro Jiménez (2015,
Mayo 23) El Diario de Sevilla. La importancia de una buena alimentación
infantil. Recuperado de: https://www.diariodesevilla.es/salud/importancia-buena-alimentacion-infantil_0_919108407.html
Como
docentes y responsables del desarrollo integral de nuestros alumnos creo que
hemos de concienciar a las familias de la importancia de cuidar el estado de
salud de los niños y niñas y ofrecer desde la escuela información y
recomendaciones al respecto. El hecho de que un niño está sano conlleva a un
adecuado desarrollo de sus funciones cognitivas, motores, emocionales…en
definitiva a que su organismo funcione correctamente y tenga un sano crecimiento
y una óptima capacidad de aprendizaje.
A través
del blog del aula podemos ir compartiendo con las familias artículos y
documentación valiosa al respecto para concienciarnos de la importancia de la
salud y ejercer de forma responsable las obligaciones que cómo adultos tenemos
hacia nuestros chiquitines. Igualmente podemos tratar el tema en las escuelas
de familias o creando una wiki para trabajar de forma colaborativa familias y
escuela, compartiendo menús saludables, formas de preparar los alimentos,
advertencias sobre la cantidad de azúcares añadidos que contienen algunos
cereales, las grasas trans, colesterol, aceite de palma y otros ingredientes
poco saludables de la bollería industrial etcétera, libros para compartir
lecturas con nuestros pequeños como Teo y la alimentación, La comida de Lulú…
Escribo
este post porque durante mi estancia en las prácticas he observado la cantidad
de tentempiés poco saludables que consumían los niños y la falta de alimentos
como las frutas, los frutos secos, los lácteos naturales… y me gustaría en un
futuro como maestra aportar mi granito de arena para que esta costumbre tan
poco saludable fuese erradicándose, al fin y al cabo ¡Somos lo que comemos! ¿No
creéis?
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